Dios tiene más que misericordia; tiene Rachamim.

Cuando el Profeta Daniel ora por la misericordia de Dios sobre el pueblo de Israel, y dice: “De YHVH nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque nosotros nos hemos rebelado contra Él”. (Daniel 9:9) En la traducción original no dice: misericordia.

En la mayoría de las traducciones bíblicas, han traducido la palabra rachamim como misericordia. Pero en realidad esta interesante palabra, no es un sustantivo singular, sino plural. Su traducción literal en el idioma original es: misericordias.

Significa que la misericordia de Dios es tan grande, tan fuerte y tan profunda que no puede contenerse en una sola palabra. Rachamim significa que sus misericordias no tienen fin.

No obstante, la palabra pecado cuya traducción en hebreo es: chatta es un sustantivo singular.

¿Qué nos dice esto? Que a pesar de cual sea nuestro pecado, a pesar de lo grande que este pueda ser las misericordias de Dios, siempre serán mayores; y a pesar de lo mucho que se haya pecado o independientemente de cuantos pecados se tengan, las misericordias de Dios son más grandes que nuestros pecados.

Nuestro Eterno Padre es tan maravillosamente bueno que nos dejó una promesa en Su Palabra, tal vez al comprender que podíamos fallarle día a día y esta nos dice:  ¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan.  Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana. (Lm 3:22-23) El siempre tendrá más misericordias, para cubrir todo pecado; porque su amor cubre multitud de faltas. (1 Pedro 4:8b)

No permitamos que el enemigo nos engañe, haciéndonos pensar que Dios no nos ama, o que estamos tan embarrados de pecado que no podemos acercarnos a Él.  Nuestro Padre Celestial desea que nos arrepintamos genuinamente de nuestros pecados, que nos volvamos a Él, y le abramos nuestro corazón para recibir sus rachamim.

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